Vista: limpio cristalino de color amarillo pálido, con tenues reflejos grises.
Nariz: aroma desprende notas de frutas blancas y de hueso que dejan paso a un aroma floral y cítrico, rodeado por un fondo de miel.
Boca: afrutado, cremoso y fresco, logra transmitir gran riqueza de sensaciones. Marida con aperitivos, mariscos, pescado, arroces y postres.
Los racimos enteros se refrigeran hasta alcanzar una temperatura inferior a los 4ºC para posteriormente pasar a su prensado y obtener así el mosto lo más limpio posible, evitando cualquier transferencia de color de los hollejos y semillas.
Una vez que tenemos ese mosto limpio arranca la fermentación en depósitos de acero inox a temperatura controlada durante unos 6 a 8 días para luego, cuando alcance la densidad deseada, procedemos a interrumpir la fermentación mediante frio, bajando drásticamente la temperatura del mosto a 0º centígrados con el objetivo de inactivar el ciclo completo de fermentación y conseguir obtener un delicado vino semidulce.