Avalado por una trayectoria en la cultura del vino en España, Miguel Torres Chile llegó al Valle de Curicó en 1979 tras buscar un nuevo destino. En este viaje, además de encontrar excelentes condiciones climáticas, la familia apuesta por innovar en la elaboración del vino incorporando tinas de acero inoxidable y roble francés.

Hoy, Miguel Torres Chile ha enfocado su apuesta por la viticultura orgánica y la certificación de Comercio Justo en varios vinos. Estos avances han ayudado a ser una empresa más sostenible, pero también a llevar a cabo numerosos proyectos sostenibles. Basado en el Comercio Justo, la Agricultura Orgánica y la Innovación, Miguel Torres Chile mantiene dentro de sus pilares estos conceptos que han marcado la historia y su cadena productiva.

Miguel Torres Chile ha trabajado en la recuperación de variedades tradicionales chilenas, casi olvidadas, como la cepa campesina, la cariñena y la moscatel, con pequeños proveedores de sectores de secano. Cordillera Carignan, Estelado Rosé, Reserva de Pueblo y Días de Verano son parte de los productos asociados a este tipo de proyectos. Con presencia en más de 100 países, la viña de la familia Miguel Torres Chile se ha consolidado en estos 30 años como una de las principales bodegas productoras de vinos de calidad, compitiendo en un mercado global a través de la identidad de sus productos, el respeto al medio ambiente y su responsabilidad social.

En 2010, Miguel Torres Maczassek, miembro de la quinta generación de la familia, asumió la presidencia de la empresa en Chile, con el objetivo de incrementar las exportaciones y asegurar el buen funcionamiento de la viña.