“La filosofía de nuestra casa está basada en la sencillez y la calidad, y para ello buscamos la excelencia a base del cuidado y el respeto de cada una de las cepas.”
Hemos ido poco a poco, despacio, cuidando la tierra, mimando las cepas, volcados en la materia prima, desde la planta hasta la etiqueta y bajo la filosofía de que la calidadsiempre va unida al respeto a la tierra.
Treinta años después de que Bernardo Luna se lanzase a la elaboración de vinos, hoy, la segunda generación de la familia Luna Beberide, de la mano de Alejandro Luna Beberide solo pretende seguir esa linea de la sencillez, la calidad y buscar la excelencia en base al cuidado y el respeto a las cepas desde que en 1998, de la mano de Mariano García, el que fuera enólogo de Vega Sicilia durante muchos años y amigo de la familia, cuando arrancaron los primeros tintos de referencia de Luna Beberide
En los años ochenta el espíritu innovador de Bernardo Luna y el ansia de modernizar el sector vitivinícola en su tierra le llevó a experimentar con más de 25 variedades de uva de todo dedicando una viña experimental de 5 hectáreas en la Finca “El Francés” en Cacabelos a tal fin, estudiando y elaborando vinos que convivieron con éxito dentro de la firma durante años con las variedades autóctonas, pero a través de los años y la experiencia, el Bierzo se ha impuesto de tal forma sobre la variedades foráneas que actualmente en Luna Beberide la Mencía y el Godello dan nombre a las los vinos jóvenes de la sociedad, el Luna Beberide Mencia y el Luna Beberide Godello, y las elaboraciones en barrica procedentes de las cepas más viejas de la propiedadse destinan a sus Vinos de Paraje: el Finca Luna Beberide (Paraje Valdetruchas, viña Los Profesores) y el Art (Altos de Valdetruchas, viña La recuperada), una selección de las cepas centenarias de las pequeñas parcelas escarpadas que existen en los altos de la finca de Villafranca del Bierzo. El otro gran vino de paraje, El PAIXAR se elabora con varias parcelas de viña en Dragonte (Corullón), diseminadas en minúsculos minifundios, donde se trabaja codo con codo con los agricultores del lugar para recuperar el patrimonio vitícola de un pueblo de montaña